Oficina de derechos de la naturaleza
Los arrecifes de coral son los ecosistemas marinos más antiguos en la Tierra. Aunque cubren apenas un 0,2% de la superficie total de los océanos, albergan a por lo menos el 25% por ciento de todos los animales marinos; tanto que se los compara con la biodiversidad de los bosques tropicales. Los arrecifes son el hábitat de más de 4.000 especies diferentes de peces, anémonas, estrellas de mar, crustáceos, moluscos y esponjas; a más de los pólipos de coral que se asocian con un tipo particular de algas (que producen la energía para todo el sistema).
Los corales y los arrecifes de coral están en peligro. El cambio climático, la contaminación del agua y la pesca excesiva son los tres factores que inciden en el aumento de las enfermedades infecciosas del coral. Estudios recientes han proporcionado evidencia directa que demuestra cómo cada uno de estos factores contribuye a la enfermedad de coral inducida por microbios.
El blanqueamiento de los arrecifes de coral, el blanqueamiento de diversos grupos de invertebrados, resulta de la pérdida de las algas simbióticas zooxantelas que residen dentro de los tejidos gastrodérmicos de los pólipos coralinos; o de una reducción de las concentraciones de pigmento fotosintético en las algas
De particular preocupación son las consecuencias de la decoloración de un gran número de corales que construyen arrecifes. Aunque el blanqueamiento de los corales ha sido registrado desde fines del Siglo XIX, lo que sucede no tienen precedentes en la literatura científica.
Las causas de los eventos de blanqueo aislados a pequeña escala se explican por factores estresantes particulares (como cambios de temperatura, salinidad, luz, sedimentación, exposición aérea y contaminantes), en tanto que los eventos de blanqueo a gran escala se relacionan con fenómenos más globales como el cambio climático global, el aumento del flujo de radiación UV, el deterioro de la salud del ecosistema y la combinación.
Si las tasas proyectadas de calentamiento del mar se alcanzan a mediados del año 2000, es decir, a un aumento de 2 ° C en los mares de coral de latitudes altas, se podrían sobrepasar los límites de tolerancia térmica superior de muchos corales de arrecifes.
Otro efecto del calentamiento global y el caos climático generado es que han aumentado y se han agudizado algunos eventos naturales extremos, incluyendo los huracanes. El 2017 fue un año récord para el Atlántico: hubo tormentas de categorías 3 a 5 que causaron grandes destrucciones en zonas del Caribe, México y Estados Unidos, produciendo pérdidas humanas y materiales; pero también a la naturaleza.
Uno de los ecosistemas afectados son los corales. Los huracanes rompen y vuelcan a los arrecifes, y asfixian a especies sésiles como las esponjas.
El huracán Irma -cuyo ojo tocó tierra en siete ocasiones, cuatro de ellas como huracán de categoría 5- es considerado como uno de los huracanes más poderosos y costosos registrados en la cuenca atlántica. A más de los costos humanos y económicas (valoradas en unos 50.000 millones de dólares), afectó ecosistemas naturales, incluyendo el del Santuario Marino Nacional de Florida Keys.
En un estudio sobre los impactos del huracán Emily (julio de 2005, categoría 4) en nueve distintos tipos de sustrato bentónico del paisaje arrecifal de la isla de Cozumel (México), se encontró que la cobertura de arena y la arena sobre roca aumentó, mientras que el área con pastos marinos y corales disminuyó.
Los efectos del huracán sobre los corales blandos disminuyeron por debajo de los 10 m de profundidad. Aquellos sitios localizados entre 0,5 y 5,5 m fueron menos afectados hacia el suroeste de la isla, donde los arrecifes de coral están más desarrollados. Se registró un aumento en la abundancia de macroalgas como resultado de huracanes, acoplado con actividades turísticas no reguladas adecuadamente podría favorecer un cambio de fase en este sistema.
El 20 de septiembre, los vientos de 240 kilómetros (150 millas) por hora del Huracán María azotaron Puerto Rico: la peor tormenta que azotó la isla en los últimos tiempos. María destruyó decenas de miles de casas, y, más de dos meses después, los cortes de luz todavía afectan a una buena parte de la isla y continúan aumentando las muertes como consecuencia del huracán debido a la falta de acceso a la asistencia sanitaria.
Los arrecifes de coral también sufren por el aumento de los sedimentos en las aguas, así como la disminución de salinidades además de los efectos mecánicos de las olas.
El gran avance del capitalismo urbano industrial ha acelerado la crisis climática, y esta afecta a aspectos de la vida humana y de la naturaleza de maneras insospechadas.