Co-evolución entre abejas – plantas… y seres humanos

Se considera que en el Neotrópico hay casi 6.000 especies de abejas —3000 especies de lengua larga (Apidae y Megachilidae) y 3000 de lengua corta (Colletidae, Andrenidae y Halictidae)— que con sus visitas frecuentes a las flores se convierten en polinizadores eficientes, a diferencia de otros animales, que solo las visitan ocasionalmente.

Para asegurar la polinización, hay un proceso de co-evolución entre los agentes polinizadores y las flores. Los colores brillantes y llamativos de las flores, ciertos olores que atraen a los insectos u otros polinizadores, patrones en el rango ultravioleta, invisibles para el ojo humano, pero no para ellos, son algunas de las estrategias evolutivas. El insecto así atraído, visita la flor y se lleva consigo el polen, luego visita otra flor… y ahí ocurre la polinización. Es un bello ejemplo de simbiosis y cooperación

La polinización puede ser muy especializada. Este es el caso de las abejas de las orquídeas. El 10% de estas plantas son polinizadas unas 200 abejas,  perteneciente a la tribu Euglossini (con lengua verdadera), que se distribuyen desde el norte de México hasta la Argentina.

Son abejas robustas de colores metálico brillante, verde, azules, purpúreas, doradas o rojas. Algunas son negras con pelos blancos o amarillos y se parecen a los abejorros. Tienen lengua muy larga, en algunos casos dos veces más larga que el cuerpo. Los machos recogen esencias aromáticas de ciertos tipos de orquídeas, que no producen néctar y el polen no está disponible como alimento, pero el aroma (tipo vainilla o canela), puede servirle al macho para atraer a las hembras, y de paso, polinizan a las flores que visitan.

Al igual que las abejas de las orquídeas, las abejas calabaza no hacen colonias, no tienen reinas, ni panales, sino que hace nidos pequeños en el suelo.

Otros polinizadores muy especializados son las abejas de las calabazas. Son 20 especies de abejas endémicas de América, de las cuales 16 se encuentran en México, donde se produce el máximo desarrollo del género Cucurbita(al que pertenecen las calabazas, zapallos, calabacinos y otros. Este hecho sugiere que tanto las plantas como las abejas tuvieron su origen en México, desde donde migraron al sur y al norte.

Las abejas de las calabazas solo obtienen polen de las calabazas y sus parientes, por lo que hay un proceso de coevolución entre estas abejas y las flores de Cucurbita, tanto domésticas como silvestres.

Las abejas calabazas se fueron expandiendo a medida que se expandían las plantas domesticadas de Cucurbita, hace unos cinco mil años, siendo este tal vez el primer ejemplo en el que que un insecto benéfico –en este caso un polinizador–, se mueve siguiendo la migración de los cultivos a los que poliniza, lo que nos da cuenta no sólo de la evolución adaptativa entre la abeja y la planta, sino también son los humanos.

Fuentes: Sebastián Padrón. Las abejas que conquistan con fragancias. Ecuador Terra Incognita

Agustín B. Ávila Casanueva. Las abejas que siguen a la calabaza.

 

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