Naturaleza con Derechos
Los pulpos (octopus) son, sin duda, criaturas notables. Se dice que “viven rápido y mueren jóvenes, pero con ingenio”. Los resultados obtenidos en experimentos elegantes, principalmente con pulpos y sepias, muestran que algunas especies muestran formas asombrosas de inteligencia, comparables a las de muchos vertebrados. Destacan la capacidad de estos animales, a pesar de la brevedad de sus vidas – manipular objetos; cambiar formas, colores y mezclas de la piel; escapar de las trampas; imitar a otros animales u objetos para defenderse de los depredadores, cazar o aparearse; aprender y memorizar; relacionarse con sus cuidadores en los acuarios, y tal vez incluso divertirse jugando. Todo esto es logrado gracias al desarrollo de excelentes órganos de los sentidos y un cerebro bien desarrollado.
Tienen tres corazones y múltiples cerebros, con una inteligencia que rivaliza con la de animales famosos como los cuervos y los simios, y sus habilidades de comunicación visual son misteriosas y seductoras.
Ahora se están descubriendo otros aspectos de los pulpos que nos maravillan.
PRUEBAN SU COMIDA CUANDO LA TOCAN CON LOS BRAZOS
Aunque los pulpos en poseen un órgano parecido a una lengua en la boca llamado rádula, que corta y raspa a las presas, especialmente los mariscos, parece que no es a través de este órgano que aprecian el sabor de sus alimentos. La rádula actúa más como dientes.
Los pulpos pueden saborear su presa antes de comerla usando sus brazos para “lamerla”, lo que según los investigadores se suma a la evidencia de que los ocho apéndices de los cefalópodos son análogos a las lenguas con “manos” y “cerebros”.
Los brazos del pulpo están forrados con ventosas que incluyen células para el procesamiento neuronal de las señales del tacto y el gusto. Estos les permiten determinar si un animal es bueno para comer o es tóxico, dice Nicholas Bellono de la Universidad de Harvard. Eso es particularmente útil ya que los pulpos tienden a cazar “a ciegas”, metiendo sus extremidades en agujeros y grietas para encontrar presas escondidas.
Bellono y sus colegas estudiaron las células succionadoras de pulpos de dos manchas de California (Octopus bimaculoides) microscópicamente y a nivel molecular, y encontraron que algunas células tienen las terminaciones ramificadas típicas que responden al tacto y otras al “sabor” de los químicos en el agua.
Luego usaron electrofisiología, que mide la actividad eléctrica de las células, para
probar qué tan sensibles eran los receptores del gusto y el tacto de los chupones a diferentes tipos de sabores y olores, respectivamente. Los científicos determinaron que los receptores reaccionaban a sustancias químicas solubles en agua, como la cloroquina amarga, así como a sustancias químicas que no se disuelven bien en agua, como las emitidas por presas tóxicas, dice Bellono.
Muchos animales marinos, incluidos los pulpos, tienen órganos olfativos que probablemente detectan sustancias químicas solubles en agua y posiblemente algunas poco solubles. Sin embargo, este “olor bajo el agua” se suele pensar que se produce a distancia en el agua, como la forma en que funcionan las narices a distancia en el aire. Las moléculas poco solubles requieren un rango cercano para su detección, lo que se facilita por el contacto directo, similar a cómo funcionan las lenguas.
PULPOS GREGARIOS
Los humanos y pulpos estamos separados por más de 500 millones de años de evolución, Nuestros patrones anatómicos de organización cerebral son divergentes. A pesar de estas diferencias, hay evidencia creciente que compartimos sistemas de neurotransmisores muy antiguos relacionados, por ejemplo con el comportamiento social.
A pesar de que la sociabilidad está muy extendida en todo el reino animal, siempre se había considerado que los pulpos eran solitarios. Hay numerosos ejemplos tanto en linajes de invertebrados (abejas, hormigas, termitas y camarones) como de vertebrados (peces, pájaros, roedores y primates) de comportamiento gregario, y es la serotonina, una molécula evolutivamente antigua, la que se ha implicado en la regulación de los comportamientos sociales de los invertebrados y vertebrados. Esto plantea la posibilidad de que las funciones pro – sociales de este neurotransmisor se conserven a lo largo de la evolución.
Dado que los octopus son predominantemente asociales y solitarios, se desconoce si los sistemas de señalización relacionados con la seratonina se conservan funcionalmente en los pulpos. Los estudios etológicos indican que ciertos comportamientos violentos se suspenden durante el apareamiento, lo que sugiere que los mecanismos neurales que sirven a los comportamientos sociales existen en los pulpos, pero que funcionan solo en el período reproductivo.
Dicho esto, hay que señalar que en la década de 1960, se encontró una especie de pulpo social en la costa de Nicaragua. Se trata de un pulpo que no solo era sorprendentemente hermoso, sino que vivía en una guarida con otros de su especie. Eso fue inaudito. El científico involucrado Aradio Rodaniche, publicó un breve relato de la especie en 1991, pero casi nadie había visto al animal y nadie pudo confirmar el informe. No ayudó que el pulpo nunca haya sido descrito oficialmente, por lo que algunos no creyeron su historia.
Poco a poco, están surgiendo trabajos que confirman no solo que el pulpo rayado del Pacífico, parece ser una especie social, sino que se han descubierto un par de otros tipos de pulpos que también muestran comportamiento social.
Fuente: Christa Lesté-Lasserre. Octopuses taste their food when they touch it with their arms The New Scientist. 29 de octubre 2020. https://www.newscientist.com/article/2258515-octopuses-taste-their-food-when-they-touch-it-with-their-arms/#ixzz6cOC6c6ld
Rowan Hooper. Octopuses were thought to be solitary until a social species turned up. The New Scientist. 18 de diciembre 2019
https://www.newscientist.com/article/mg24432610-400-octopuses-were-thought-to-be-solitary-until-a-social-species-turned-up/#ixzz6cOHy8Tcw
Edsinger, E y Dölen G. 2018. A Conserved Role for Serotonergic Neurotransmission in Mediating Social Behavior in Octopus. Current B