BOLETÍN 33.FINANCIARIZACIÓN DE LA NATURALEZA 

FINANCIARIZACIÓN DE LA NATURALEZA

Ante la innegable devastación ambiental que enfrentamos como Planeta, se plantean soluciones basadas en el mercado, pues, se argumenta que a través de los mecanismos de economía verde, se puede enfrentar de manera efectiva la pérdida de biodiversidad o frenar el cambio climático.

Lejos de reconocer que, en el avance de las actividades económicas a gran escala sobre los ecosistemas, se encuentran las causas subyacentes del deterioro de la naturaleza, se está instrumentalizando la naturaleza.

En el tema de la conservación de la biodiversidad, se sostiene que salvar la naturaleza es un imperativo para sostener el crecimiento económico, y que la única forma de hacerlo es haciendo de la conservación, como una industria lucrativa. Esto incluye la aplicación de mecanismos de financiamiento para la conservación, como el canje de deuda por conservación, la compensación de la biodiversidad y los biocréditos, temas que son analizados a continuación.

CANJES DE DEUDA

Entre estos mecanismos financieros se incluyen los canjes de deuda por naturaleza; un mecanismo por el cual una deuda pública es comprada por una agencia externa (generalmente una ONG) y cancelada a cambio de que el gobierno deudor se comprometa a financiar actividades de conservación.

El canje de deuda implica: comprar las deudas de los países en desarrollo y, a cambio, pedir a los gobiernos de los países en desarrollo que se comprometan a salvar la biodiversidad y ecosistemas considerados como valiosos. Estos acuerdos aparentemente resuelven dos problemas interrelacionados; fluyen fondos para la conservación, y se reduce la carga de la deuda, y dado que con frecuencia países muy endeudados no pueden destinar fondos para estos, esto repercutiría favorablemente en la conservación de la biodiversidad. Al momento se priorizan los canjes de deuda en áreas protegidas oceánicas, enmarcadas en la llamada “economía azul”

De acuerdo a Standing (2022)1, hay cinco controversias en relación a los canjes de deuda por conservación: a) falta de transparencia. Esta es una característica inherente a este tipo de transacciones financieras, ya que las recompras de deuda siempre se negocian con un alto grado de confidencialidad. Las partes en estas negociaciones están preocupadas por la publicación prematura de información que podría tener efectos impredecibles en otros acreedores y mercados financieros. Por lo tanto, es imposible para el público o el parlamento examinar estos acuerdos antes de que se finalicen; nunca se logra el consentimiento previo e informado de los ciudadanos.

b) se crean falsas ilusiones.- Aunque se venden como una transferencia de riqueza de los gobiernos, bancos o inversores del norte a los países en desarrollo, la fuente de esta transferencia de riqueza proviene de los dueños de la deuda que acuerdan vender sus activos financieros a organizaciones conservacionistas con un descuento. Los ahorros resultantes, se transfieren luego a gastos adicionales en conservación, pero el sacrificio hecho por los acreedores a menudo no es tan significativo como se informa. En cualquier canje de deuda, es de interés financiero de los acreedores vender deudas con descuento para recibir una suma global por adelantado por deudas que tienen un futuro incierto. Es por eso que los canjes de deuda prosperaron durante la crisis de la deuda, cuando los acreedores están dispuestos a vender las deudas incobrables antes de que las cosas empeoren.

c) los canjes son falsas soluciones a las crisis de la deuda.- En un canje, los pagos perdidos a los acreedores extranjeros generalmente se transfieren a otra obligación de deuda; las deudas se trasladan de un lugar a otro. Una estrategia a largo plazo para alivio de la deuda debe basarse en cancelaciones de deuda, combinado con esfuerzos para aumentar fuentes de ingresos gubernamentales que no incluyan nuevos endeudamientos.

d) amenaza a la soberanía.- Los canjes de deuda por naturaleza transfieren un poder considerable en la gobernanza de grandes áreas de tierra u océanos en países en desarrollo a organizaciones conservacionistas extranjeras, como sucedió en la década de 1980 y 1990, cuando a través de los canjes de deuda se entregó a ONG extranjeras la gestión de áreas protegidas, sin reconocer los derechos consuetudinarios de las comunidades locales.

e) es una falsa solución para salvar la naturaleza.- Muchos de los canjes de deuda han sido iniciativas fallidas, pues hay los gobiernos se comprometieron públicamente a ampliar o fortalecer áreas protegidas, pero luego han autorizado las industrias extractivas en estos lugares; pues crean solo “parques de papel”.

En el Ecuador se ha planteado el canje de deuda para ampliar el área de protección marina de Galápagos2.

PERMISOS NEGOCIABLES DE BIODIVERSIDAD

En un esquema de permisos negociables, en el gobierno establece límites para la destrucción de la biodiversidad, en una zona especialmente importante desde el punto de vista de la conservación, donde se va a llevar a cabo una actividad económica destructiva como una operación petrolera, minera, la construcción de una hidroeléctrica, etc.

Los permisos negociables están diseñados para contrarrestar o compensar acciones con impactos negativos sobre la biodiversidad que una empresa puede ejercer en un área específica, en otros lugares. Por ejemplo, una empresa petrolera operando en un bosque tropical megadiverso, puede comprar tierras en áreas similares, para “compensar los daños” hechos en la primera. Se trata de trasladar el daño a l biodiversidad de un lugar a otro.

Una empresa puede recibir permisos del gobierno que le permite descargar un nivel máximo de contaminantes o de intervenir en zonas con alta biodiversidad. Estos niveles se traducen en “créditos”. Si la compañía hace una gestión para cumplir o reducir con su límite permitido, puede vender el exceso de sus créditos a otras empresas que no pueden cumplir con sus límites tan fácilmente.

En el Ecuador la empresa minera Lundin suscribió un convenio de cooperación entre el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE), Lundin Gold, empresa minera canadiense operadora del proyecto Fruta del Norte (FDN), Conservación Internacional Ecuador y el Fondo de Inversión Ambiental Sostenible, para destinar 99 mil dólares para la implementación del Plan de Manejo del Refugio de Vida Silvestre El Zarza. Lundi opera en una zona de extrema biodiversidad en la Cordillera del Cóndor, como compensación a los daños de la operación minera en estos ecosistemas.

Los permisos negociables reclaman equivalencia con alguna destrucción, y se usan con fines de compensación. De acuerdo a defensores de estos instrumentos financieros, “las compensaciones de biodiversidad pueden ser particularmente útiles para fines de cumplimiento, por ejemplo, en los casos en que las empresas necesitan proporcionar una compensación para impactos verdaderamente inevitables en la biodiversidad”.

BIOCRÉDITOS

Los biocréditos son unidades de biodiversidad que surgen de acciones de gestión acordadas previamente, para “mejorar” la biodiversidad, con respecto a una línea de base. Los créditos pueden comprarse y venderse en una transacción de mercado o a través de tratos directos.

Los biocréditos se definen como una unidad negociable de biodiversidad; son créditos dirigidos a la conservación y restauración de la biodiversidad que pueden ser negociables con el fin de incentivar la inversión en conservación y restauración de la naturaleza3.

Los biocréditos se diferencian de las compensaciones de biodiversidad, en la que se trata de actividades económicas que puede llegar a causar daños en la biodiversidad. Es este caso, son negociaciones entre inversionistas privados e individuos o gobiernos que quieren invertir conservación y restauración de la biodiversidad; pero en algunos casos, pueden tener un componente de compensación.

Los biocréditos pueden ser proporcionados por organizaciones conservacionistas, propietarios de tierras u ONG ambientales (entre otras) que monitorean y gestionan la biodiversidad. Las “mejoras” de la biodiversidad se pueden medir de varias maneras, una de las cuales es compararlas con un sitio de referencia (como un parque protegido con el mismo ecosistema y/o especie) para garantizar que los niveles de biodiversidad estén mejorando debido a los esfuerzos de gestión.

Estos créditos luego se compran y venden en una transacción de mercado, y los fondos obtenidos se devuelven a quienes gestionan la biodiversidad.

Los mercados de biocréditos se presentan como mercados voluntarios, donde los créditos serían comprados por empresas con compromisos de responsabilidad social empresarial, filántropos e inversores de impacto que buscan tener un impacto positivo. Sin embargo, la historia de los mercados voluntarios de compensación de carbono sugiere que estas acciones voluntarias son insuficientes para generar una demanda significativa.

Preocupaciones adicionales con los biocréditos

a. Son innecesarios para la conservación, y los mercados financieros y los especuladores a corto plazo determinen en parte el precio de la conservación.

b. La conservación de la biodiversidad estaría basada en criterios de rentabilidad a corto plazo, pues se espera que éstos produzcan beneficios económicos.

c. En cuanto a la adicionalidad, ya no es sólo el impacto ambiental de un proyecto de restauración, sino que incluye métricas financieras y otras métricas no ambientales, lo que facilita potencialmente las afirmaciones de éxito, a pesar de que el impacto ambiental es débil.

– Aumentar la cantidad de financiamiento para sitios donde los esfuerzos de conservación ya están en marcha a un nivel que permita una gestión y protección efectivas.

– Aumentar el poder de los actores involucrados, en el acceso al área, incluido los derechos de tenencia de la tierra

– Ignora el rol de las comunidades locales en los Pueblos Indígenas y las Comunidades en la conservación de sus territorios

Se espera que los gobiernos establezcan reglas de monitoreo y reporte de la biodiversidad, reglas de registro y comercio, otorgando legitimidad a los actores involucrados, y que estos impulsen las compras ‘regulatorias’ y promueven el compromiso continuo y a largo plazo de la industria y los compradores”4.

El Estado pasa entonces, de ser el soberano sobre su biodiversidad, a un emisor de estándares para los mercados privados.