El 4 de octubre, en la Fiesta de san Francisco de Asís, el Papa Francisco I publicó el LAUDATE DEUM en la que desarrolla el tema de la crisis climática global. Francisco dice a sus feligreses: “por más que se pretendan negar, esconder, disimular o relativizar, los signos del cambio climático están ahí, cada vez más patentes”.
A lo largo de su escrito señala que la gran mayoría de los desastres que enfrentamos, que son cada vez más extremos, frecuentes e intensos, son quejidos de la tierra vinculados con el cambio climático. Y dice de manera clara: el cambio climático tiene un origen “antrópico”, pues la inusual velocidad con que están ocurriendo los cambios en el clima están relacionados con desbocada intervención humana sobre la naturaleza, en los dos últimos siglos.
El sumo Pontífice añade que el cambio climático es una realidad a pesar de que hay intentos de ridiculizarlo, con argumentos como que siempre han ocurrido períodos de calentamientos y enfriamientos globales; sin considerar es que los cambios que estamos viviendo ahora, han ocurrido en sólo una generación, lo que antes ocurría en milenios.
Se argumenta además de que hablamos de “calentamiento global”, pero que hay regiones que experimentan fríos extremos, sin considerar que de lo que se trata son de desajustes en el clima planetario.
Tanto las sequías como las inundaciones, tanto los lagos que se secan como las poblaciones arrasadas por maremotos o desbordes, tienen en definitiva el mismo origen. Por otra parte, si hablamos de un fenómeno global no podemos confundirlo con eventos transitorios y cambiantes, que se explican en buena parte por factores locales (párrafo 7).
Otro argumento usado es la pérdida de empleos relacionados con la extracción de combustibles fósiles… sin tomar en cuenta la gran cantidad de trabajo que se pierde relacionados con los desastres provocados por el caos climático.
El Papa hace una llamada a dar una mirada más amplia frente a las maravillas del progreso, y prestar atención a los impactos que éste produce, y que un siglo atrás ni siquiera podíamos imaginar, al tiempo que pide “algo de responsabilidad ante la herencia que dejaremos tras nuestro paso por este mundo”.
Nos llama a repensar el paradigma tecnocrático para enfrentar esta crisis, a repensar nuestro uso del poder, pensar en tecnologías consideradas “admirables” que fueron utilizadas para diezmar poblaciones, lanzar bombas atómicas, aniquilar etnias… y en la “decadencia ética del poder real que se disfraza gracias al marketing y la información falsa”, para incidir en la opinión pública a través de ellos.
Hace un llamado a pensar otra forma de multilateralismo, que no se reduzca a una autoridad mundial concentrada en una persona o en una élite con excesivo poder; es un multilateralismo desde abajo, en el que la sociedad civil juegue un papel real.
Es otro modo de invitar al multilateralismo en orden a resolver los problemas reales de la humanidad, procurando ante todo el respeto a la dignidad de las personas de manera que la ética prime por sobre las conveniencias locales o circunstanciales (párrafo 39).
Y relaciona estas reflexiones con las Conferencias de las Partes del Convenio sobre Cambio Climático, pidiendo a los que participen en la misma , que piensen en la gente, en la naturaleza “más que en intereses circunstanciales de algunos países o empresas”. (párrafo 60).
El Papa relaciona la conciencia que debemos tener sobre el cambio climático, con las motivaciones espirituales y señala que para ser sabios es necesario entender las múltiples relaciones de las cosas, y en ese camino a la sabiduría no es irrelevante que desaparezcan tantas especies, y que la crisis climática arriesgue a tantos seres.
Invito a cada uno a acompañar este camino de reconciliación con el mundo que nos alberga, y a embellecerlo con el propio aporte, porque ese empeño propio tiene que ver con la dignidad personal y con los grandes valores. Sin embargo, no puedo negar que es necesario ser sinceros y reconocer que las soluciones más efectivas no vendrán sólo de esfuerzos individuales sino ante todo de las grandes decisiones en la política nacional e internacional (párrafo 69).
Quien quiera leer el texto completo, lo puede encontrar aquí: https://www.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations/documents/20231004-laudate-deum.html