Fuente: Ecowatch
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Una expedición del Instituto Oceanográfica Woods Hole (WHOI) descubrió antiguos arrecifes de coral que albergan “una mezcla impresionante” de vida marina en las aguas profundas de Galápagos.
Los arrecifes no documentados previamente se sientan a una profundidad de entre 1.310 y 1.970 pies en el centro del archipiélago, en la parte superior de un monte marino que no había sido catografiado antes.
Los científicos del WHOI dijeron que el descubrimiento de la estructura prístina del arrecife les dio la esperanza de que prosperaran los arrecifes saludables a pesar de que el aumento de las temperaturas de la superficie del océano y la acidificación han amenazado a los corales en todo el mundo.
La existencia de los arrecifes también mostró cómo la gestión y la conservación eficaces pueden proteger los entornos marinos.
Antes del descubrimiento de la nueva estructura del arrecife, se creía que el arrecife Wellington en la parte norte del archipiélago de Galápagos, frente a la costa de la isla Darwin, era uno de los únicos arrecifes de coral poco profundos en Galápagos que sobrevivió al evento de El Niño de 1982 y 1983. El descubrimiento indica que los arrecifes de coral protegidos en las aguas profundas de la Reserva Marina de Galápagos probablemente han existido durante siglos, albergando comunidades marinas que son diversas y potencialmente únicas.
Estos arrecifes son muy antiguos y esencialmente prístinos, a diferencia de los que se encuentran en muchas otras partes de los océanos del mundo, lo que ayuda a reconstruir los ambientes oceánicos del pasado para comprender el cambio climático moderno.
En las islas Galápagos se ha explorado menos del cinco por ciento del entorno marino, por lo que se cree que es probable que existan más estructuras de arrecifes a varias profundidades.
“El arrecife descubierto es novedoso por varias razones: en arrecifes poco profundos donde encontrar un 10-20% de cobertura de coral se consideraría un arrecife relativamente insalubre, en aguas profundas esta es la norma. Los esqueletos de coral muerto que componen el 80-90% restante aún brindan hogar para una gran diversidad de vida, que depende menos de las secciones vivas de coral”, dijo Taylor, cient{ífico que formó parte de la expedición en un comunicado de prensa. “Sin embargo, los arrecifes que hemos encontrado en los últimos días tienen entre un 50 y un 60 % de coral vivo en muchas áreas, lo cual es muy raro. Este arrecife recién descubierto es potencialmente un área de importancia global, un canario en la mina para otros arrecifes a nivel mundial, un sitio que podemos monitorear con el tiempo para ver cómo evoluciona un hábitat prístino con nuestra crisis climática actual”.