Fundación ProDefensa de la Naturaleza y sus Derechos
Los humedales son extensiones marinas, pantanos, de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas que no excedan los 6 metros.
La importancia de los humedales en la Tierra se remonta al origen mismo de las plantas terrestres, pues, las primeras plantas terrestres, fueron habitantes de suelos húmedos. A medida que las plantas terrestres evolucionaron y se diversificaron, comenzaron a aparecer distintos tipos de humedales, hasta tener los diversos tipos de humedales.
Los humedales son ecosistemas altamente dinámicos desde el punto de vista hidrológico ya que se contraen y se expanden de acuerdo con los pulsos de las inundaciones y varían con el crecimiento de los ríos y o el aumento de las lluvias estacionales. Este incremento permite que se establezca conectividad entre los ríos, los humedales y los ecosistemas terrestre.
Los humedales es uno de los ecosistemas más amenazados. En los últimos tres siglos, se ha perdido cerca del 87% de los humedales del mundo. Durante este tiempo, se han drenado cientos de miles de hectáreas para proporcionar terrenos para vivienda, industria y agricultura.
La principal característica de un humedal es la presencia permanente o estacional de agua. La Constitución reconoce el derecho que tienen los humedales de mantener sus funciones como el suministro de agua dulce, regulación del clima mantener el balance de agua y retener nutrientes y el soporte a especies de vida silvestre y ser barreras contra tsunamis.
Con el advenimiento de la bioeconomía las funciones que cumplen estos ecosistemas son transformados en “servicios ambientales”; se incluye a los humedales en propuestas como “soluciones basadas en la naturaleza” o “soluciones basadas en los humedales”; y la economía azul.
De acuerdo a la WWF, las “soluciones basadas en la naturaleza se refieren a un conjunto de acciones o políticas que aprovechan el poder de la naturaleza para abordar algunos de nuestros desafíos sociales más urgentes, como la amenaza de la disponibilidad del agua, el creciente riesgo de desastres naturales o el cambio climático. Estas soluciones implican proteger, restaurar y gestionar de manera sostenible los ecosistemas, de manera que aumenten su resiliencia y capacidad para abordar esos desafíos sociales y al mismo tiempo que salvaguarden la biodiversidad y mejoren el bienestar humano”, y añade “En un mundo que se calienta, corremos el riesgo de ver a la naturaleza solo como una amenaza con sus
fuerzas en contra nuestra. Al invertir en soluciones basadas en la naturaleza, también la ponemos de nuestro lado”.
“Las soluciones basadas en la naturaleza” son esquemas de sostenibilidad dirigidos por empresas y con criterios de mercado, que carecen de dimensiones de justicia social y tienen un enfoque limitado al Carbono que puede ser “atrapado”. Se mira a los humedales y otros ecosistemas en toneladas de carbono.
La economía azul integra el desarrollo sostenible y el crecimiento verde. Incluye la producción sostenible, el servicio y todas las demás actividades relacionadas que utilizan y protegen los recursos costeros y marinos, involucrando a los sectores de la economía: el privado/industrial, de investigación y el desarrollo, las ONG y las políticas gubernamentales, equilibrando el crecimiento económico con la sostenibilidad del ecosistema. El concepto de “economía azul” cubre tres formas económicas: economía que hace frente a la crisis mundial del agua, la economía de desarrollo innovadora y desarrollo de la economía empresarial; es cambiar los recursos de la escasez a la abundancia y comenzar a abordar los problemas que causan problemas ambientales.
Todas estas son esquemas de bioeconomía son una especie de gatopardismo que pretende mantener el orden de las cosas, a través de propuestas que generan cambios cosméticos sin alterar las estructuras y que a largo plazo no significan soluciones ambientales ni sociales, y con ganancias económicas en el campo económico, solo a corto plazo
Al respecto, Amigos de la Tierra Internacional (2022) dice:
Las grandes empresas (afirman) ser parte de la solución y abogando por la sostenibilidad a través de coaliciones con nombres de apariencia verde. Sin embargo, sus ‘soluciones’ están cuidadosamente diseñadas para no socavar sus modelos de negocios; a la postre tampoco hacen nada por el medioambiente. Algunas de esas ‘soluciones’ incluyen la compensación de biodiversidad (por ejemplo, con nombres como ‘no pérdida neta’, ‘ganancia neta’, ‘positivo para la naturaleza’ y ‘soluciones basadas en la naturaleza’), la rendición de informes por cuenta propia, la autorregulación y la autocertificación.
… y mientras tanto, los humedales se siguen destruyendo.
HUMEDALES EN EL ECUADOR
En el Ecuador existen 143 humedales tres tipos de humedales: continentales (donde están los lagos permanentes de agua dulce); marino-costeros (arrecife de coral y manglares) y los artificiales (tierras agrícolas inundadas temporalmente). Alrededor de 100 humedales se encuentran entre los Andes y la Costa, 30 en la Amazonía y 13 en Galápagos.
En el país hay 19 sitios designados como Humedales de Importancia Internacional (sitios Ramsar), con una superficie de 1.064.483 hectáreas. Estos humedales están protegidos por el Convenio Ramsar (Convenio de Humedales).
El Convenio de Humedales afirma que los países miembros deben “elaborar y aplicar su planificación de forma que favorezca la conservación de los humedales incluidos en la Lista y, en la medida de lo posible, el uso racional de los humedales de su territorio”.
El uso racional de los humedales implica el mantenimiento y regeneración de sus ciclos vitales, estructura, funciones y procesos evolutivos de los ecosistemas, a fin de asegurar su existencia a largo plazo de la biodiversidad, así como el bienestar humano, especialmente de las comunidades locales que viven en torno al humedal3. La Convención Ramsar señala que sus disposiciones, en cuanto a uso racional son de aplicación, en la medida de lo posible, a todos los ecosistemas de humedales del país.
TRES HUMEDALES COMO ZONAS DE SACRIFICIO
A continuación, se presenta la problemática de tres humedales que están siendo afectados por las actividades productivas y que podrían convertirse en zonas de sacrificio.
Entendemos como zonas de sacrifico a lugares con grave contaminación y degradación ambiental, donde las ganancias económicas se han priorizado sobre las personas y los ecosistemas, causando abusos o violaciones de los derechos humanos y de la naturaleza. En la zona de sacrificio usualmente hay más de una causal de contaminación / degradación ambiental. El sacrificio implica destrucción, en muchos casos irreversible del lugar. La destrucción es parte implicada en el mecanismo de generación de riqueza o de valor.
El complejo de humedales en el páramo del Ángel
El páramo del Ángel, ubicado en la Provincia del Carchi, es muy húmedo y posee muchas lagunas que proveen de agua a buena parte de la provincia de Carchi. En la zona de amortiguamiento de la reserva hay bosques de árboles de papel. Venados, cóndores y curiquingues merodean toda el área.
Los humedales del Ángel es un sitio Ramsar, conocida como Reserva Ecológica El Ángel, ubicada en la Provincia de Carchi. El sitio Ramsar tiene una extensión total de 17 mil hectáreas, formada por lagunas altoandinas permanentes de gran valor hidrológico, algunas de ellas ubicadas de manera aislada como las lagunas de Potrerillos y Negra, y otras formando complejos lagunares como El Voladero, formado por dos de las lagunas más grandes de la Reserva y una de pequeño tamaño, y las Lagunas Verdes, un conjunto de lagunas sulfurosas. Alberga una extensa comunidad de frailejón, un especia endémica del sur de Colombia y en el norte de Ecuador.
El área juega un rol importante en el ciclo hidrológico de varias cuencas del norte del Ecuador, pues es el lugar de nacimiento de muchos ríos que son alimentados por quebradas y lagunas cuyo caudal beneficia directamente a los habitantes de la microcuenca
Se encuentra en dos sitios críticos de conservación y es un importante refugio de biodiversidad de la cordillera occidental ecuatoriana, pues es uno de los pocos sitios en el Ecuador que protege ecosistemas de montaña (páramos, turberas, lagunas y bosques) en buen estado, y posee varias especies endémicas de flora y fauna.
Ahí se construyó la Represa la Represa Giovanni Calles poco después de la declaratoria de área protegida. Se dijo que era para servir al riego comunitario, a pesar de su un área altamente lluviosa y húmeda. Con el pasar del tiempo se descubrió que en realidad hay intereses mineros en la zona y el agua servirá para su funcionamiento, que es altamente dependiente de agua.
El pueblo Pasto se encuentra en un proceso de fortalecimiento de su identidad como pueblo, y lo hacen en torno a la defensa del agua y de la vida en su territorio.
Humedal Las Garzas
Este humedal ubicado en el Cantón Palenque – Provincia de Los Ríos, está siendo drenado debido al avance a una plantación bananera.
Las Garzas constituyen un refugio para la fauna nativa de los bosques occidentales del Ecuador, porque en toda la región se vive un proceso de pérdida de flora y fauna debido principalmente a la destrucción de sus hábitats naturales asociados al avance del agronegocio.
Se trata de un humedal grande formado por lagunas de inundación permanente y áreas de inundación temporal. Recibe flujo del Río Nuevo y de aguas subterráneas, pudiendo llegar hasta 50 millones de metros cúbicos de agua en la temporada de mayor inundación.
Es importante fuente de agua para las aproximadamente 80 pequeñas poblaciones asentadas en sus alrededores, así como un esencial controlador natural de las inundaciones. En los alrededores del humedal existen remanentes de bosque seco de tierras bajas, incluyendo algunos bosques que también se inundan en la época de mayor pluviosidad. La fauna local es importante: reportado un total de 127 especies en el humedal y los bosques circundantes; además de 20 especies acuáticas congregatorias, aunque no hay estudios sobre el estado de las poblaciones.
Desde diciembre 2021, una empresa bananera empezó a drenar el humedal para instalar una plantación bananera, y mes a mes baja el nivel del humedal. Las poblaciones que dependen de su agua para sembrar maíz, cacao y otros cultivos, sufren la pérdida del perfil de agua de este ecosistema, por lo que la población se ha organizado en torno a la Coordinadora en Defensa del Humedal Las Garzas.
Humedal La Segua
La Segua es el humedal de la Provincia de Manabí, que se caracteriza por veranos muy secos, por lo que La Segua es fundamental para la provisión de agua dulce en la región.
La Segua es un sitio Ramsar, donde hay una fuerte presencia de piscinas camaroneras.
El Humedal está estructuralmente conformada por un pantano central, permanentemente anegado, y una extensa llanura de inundación que se cubre de agua en la estación lluviosa (diciembre – abril).
El humedal tiene una baja diversidad de organismos, incluyendo una alta densidad de 12 especies de peces, dos especies de camarones de río, tortugas del género Chelydra y 164 especies de aves. La flora está representada por 27 familias y 33 especies silvestres. Durante la estación lluviosa, dominan las plantas acuáticas, especialmente los “lechuguines” o jacinto de agua.
Alrededor de la ciénaga se encuentran cuatro centros poblados: San Antonio, La Segua, La Sabana y Larrea, con una población estimada de 1.700 personas, donde se práctica la pesca, especialmente del chame, un pez que forma parte de la dieta local.
En La Segua se han asentado 22 camaroneras. El cambio del cauce del río ocasionado por las camaroneras puede crear condiciones favorables para que incendios provocados se propaguen con más fuerza. En los últimos años se han dado dos incendios importantes en el humedal.
Varias organizaciones locales produjeron un manifiesto exigiendo al Estado medidas inmediatas y la suspensión urgente a las agresiones a las que es sometida este ecosistema frágil, y rechazan el manejo inadecuado que se ha dado al humedal.
Conclusión
En esos tres modelos vemos que, aunque tenemos un Ministerio Ambiente, Agua y Transición Ecológica; y aunque se diga que estamos transitando hacia una transición y hace soluciones basadas en la naturaleza, en realidad se sigue reforzando el mismo modelo de agroexportación como el banano y el camarón y este nuevo modelo que está posicionando en el país como país exportador de minerales.
En realidad estas tres zonas de humedales se están transformando en zonas de sacrificio porque el Estado está permitiendo por acción u omisión, que es estos ecosistemas vulnerables y protegidas por nuestra Constitución (Art. 406, que incluye a los humedales como ecosistemas frágiles), se conviertan en el territorio del agronegocio y del extractivismo.