Bioluminicencia: un ejemplo de simbiosis, sobrevivencia y comunicación en la naturaleza

La mayoría de animales del océano produce su propia luz, o alberga bacteria que lo hace, una habilidad útil para la comunicación, encontrar presas o camuflarse.

Un 76% de los animales del océano son bioluminiscentes. Producen su propia luz a través de una serie de reacciones químicas que producen sustancias químicas productoras de luz, que las diferentes especies usan de diferentes maneras o por asociación con bacterias huésped que lo hacen.

Un resplandor submarino es un destello fugaz a través que los organismos las generan con fines prácticos. La bioluminiscencia defiende a los depredadores, atrae presas y atrae parejas. Hacer luz es un rasgo tan útil que ha evolucionado de forma independiente al menos 40 veces. Ocurre más comúnmente en el océano, donde la bioluminiscencia es a menudo la única fuente de luz. En las condiciones adecuadas, se puede ver un destello bioluminiscente a cien metros de distancia.

Las criaturas marinas dependen de la bioluminiscencia para comunicarse, encontrar presas, camuflarse y otros.

Es un mecanismo tan importante que el rasgo ha evolucionado de manera independiente 27 veces entre los peces con aletas radiadas, un grupo que constituye la mitad de todas las especies de vertebrados vivos en la actualidad.

La asociación peces – bacterias luminisentes, es una relación simbiótica ancestral, donde las bacterias encuentran un hábitat para desarrollar su forma de vida, y los peces, usan la luz para una variedad de aplicaciones. Balcome (2018)

Los misterios de por qué y cuántos animales en las profundidades marinas emiten luz, continúan desconcertando a los científicos que estudian la evolución de este resplandor natural.

Algunas criaturas terrestres también brillan; algunos famosos, como las luciérnagas, y otros más desapercibidos, como los hongos o los escarabajos.

Los peces están dotados de 4 tipos de células cono, los ojos de los peces les proporcionan 4 canales independientes para transmitir la información del color. Ademáss, algunos peces ven la luz cerca del espectro ultravioleta (UV). Balcome (2018)

Se sabe que hay al menos 1.500 especies de peces son bioluminiscentes, incluidos tiburones y peces dragón, y los científicos descubren regularmente nuevas.  Entre los más emblemáticos se encuentran los peces de aguas profundas como el rape, cuyas hembras lucen un señuelo de carne brillante que actúa como cebo para cualquier presa lo suficientemente cerca como para ser arrebatada.

El calamar bobtail hawaiano se ilumina a través de bacterias bioluminiscentes que viven en uno de sus órganos; la luz los camufla contra la luz de la luna en la superficie y elimina su sombra, ocultándolos de los depredadores.  

El fotóforo de los motambos macho está constituido por un paquete de bacterias generadoras de luz que es transporta desde cuello y que brilla hacia el interior del cuerpo, ilumina la vejiga natatoria, donde revota y la luz sale a través de una mancha transparente en la piel. El motatambo emite un patrón de luz intermitente a través de un obturador muscular en la pared muscular. Cardúmenes de motambos ofrecen un espectáculo deslumbrante. Balcome (2018)

El tiburón más pequeño del mundo, el tiburón linterna de seis pulgadas, busca su pareja a través de fotóforos (u órganos productores de luz) agrupados alrededor de sus órganos reproductivos.

Cada especie tiene un patrón de luz específico, “como una etiqueta con su nombre”, para que puedan encontrar parejas en las oscuras profundidades del océano.

El 90% de los organismos de la zona mesopelágica (entre 100 y 1000 metros), cuentan con órganos emisores de luz (fotóforos) que les sirve como faro en medio de la penumbra. Ese porcentaje es aún mayor en los organismos de la zona abisopelágica (2000 metros de profundidad, donde reina la obscuridad absoluta). Balcome (2018)

Hay bioluminiscia en el plancton. Algunas especies de dinoflagelados se encienden mediante una reacción química similar a la que producen las luciérnagas; ambos usan una molécula natural llamada luciferina.Cuando un pez nada cerca de estos microorganismos, el movimiento estimula los dinoflagelados, y crean un contorno luminiscente.

Millones de estos organismos unicelulares crean un hermoso efecto brillante, especialmente cuando hay poca luz de luna. El brillo del plancton suele ser azul, pero cuando es intenso, puede parecer blanco a los ojos.Los animales de agua dulce no brillan porque muy pocos peces bioluminiscentes pueden tolerar niveles bajos de salinidad.  El único caso de bioluminiscencia en un animal de agua dulce es el caracol Latia neritoides, nativo de los arroyos de Nueva Zelanda, donde emite un limo brillante cuando se le molesta.


Referencias:
Balcome Janatha (2018). El ingenio de los perces.

Ariel
Langley Liz (2019) How bioluminescence works in nature. National Geographichttps://www.nationalgeographic.com/animals/reference/bioluminescence-animals-ocean-glowing/?cmpid=org=ngp::mc=social::src=twitter::cmp=editorial::add=tw20200730animals-resurfbioluminescenceref::rid=&sf236343862=1

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