Boletín 38. Nuevas Tecnologías Moleculares

¿Una alternativa válida de conservación? El caso de los inductores genéticos en Galápagos.

El IPBES es un organismo internacional, ligado a la Organización de Naciones Unidas (ONU), que nació para conectar a la comunidad científica y la esfera política para hacer seguimiento de la salud ecosistémica y su biodiversidad, y para evaluar cuáles son las amenazas a las que se enfrenta la naturaleza y las medidas para protegerla.

El IPBES elabora informes periódicos con la participación de científicos y científicas, de los países miembros. El informe 2023 tuvo como tema central las especies invasoras. El informe señala que el impacto de las especies exóticas invasoras en la biodiversidad está ampliamente reconocido; y que éstas constituyen una gran amenaza para la naturaleza, con importantes implicaciones para la buena calidad de vida humana.

El IPBES propone técnica de control genético para el control de especies invasoras, entre ellas, las herramientas de inducción genética. El objetivo de los enfoques de control genético es reducir la aptitud o el éxito de una especie exótica invasora en su entorno; forzar que en una población predominen los individuos del mismo sexo (preferentemente masculino) y que, si se tiene éxito, esa población se extinguirá.

Se pretende aplicar el control genético a cualquier especie exótica invasoras que se reproduzca sexualmente y, para aplicaciones ambientales, podría abordar especies exóticas invasoras actualmente incontrolables y ampliamente establecidas en entornos cerrados (por ejemplo, peces exóticos invasores en sistemas fluviales cerrados o roedores invasores en islas).

Los impulsores genéticos que fueron diseñados para que los transgenes se autopropaguen en poblaciones de determinada especie, y una vez liberados, se comportarán, como una nueva especie altamente invasiva que se esparcirá por los ecosistemas en los que sea viable, ocasionando probablemente cambios ecológicos.

De acuerdo a Harvey et al (2019), los lugares ideales para experimentar con esta tecnología son islas pequeñas, donde el mar actúa como una barrera natural, para evitar el escape de transgenes. Además, una isla pequeña facilita una rápida dispersión de los roedores portadores de la modificación genética que quiere ser probada.

El programa “Biocontrol genético para roedores invasores” (GBIRd) quiere aplicar esta tecnología en el control de especies exóticas invasivas. El GBIRd es una asociación de conformada por expertos de las organizaciones sin fines de lucro Island Conservation -que lidera el Grupo-, el Centro para Soluciones de Especies Invasoras, y el National Science Challange). Están también las universidades del Estado de North Caroline, Universidad de Adelaide, Texas A&T University. Hay dos agencias gubernamentales (Departamento de Defensa de Estados Unidos y la organización de investigación australiana CSIRO) que

participan también como financista. El GBIRd promueve la investigación de impulsores genéticos en comunidades insulares para prevenir la extinción de especies insulares, con énfasis en roedores.

El consorcio pretende crear un ratón modificado por impulsores genético que predisponga a las generaciones futuras a ser de un sólo sexo (sólo machos o hembras), logrando así la erradicación.

Entre los lugares en los que se quiere aplicar esta tecnología son las islas Galápagos, y más específicamente en la isla Floreana donde hay uno 140 habitantes. Una de las organizaciones proponentes es Island Conservation.

En Galápagos hay un elevado número de especies endémicas, que no existen en otros lugares del mundo. Desde los primeros asentamientos humanos en las islas, primero por bucaneros, luego convertida en isla penal y luego ocupada por colonos, se han introducido unas 23 especies de vertebrados terrestres, algunos de los cuales se hicieron muy agresivos en contra de la fauna local.

Sobre los impulsores genéticos

Quienes promueven los impulsores genéticos los presentan como mecanismos precisos, igual que hicieron los promotores de los transgénicos. Pero los sistemas vivos y los procesos de reproducción sexual son azarosos e impredecibles.

Sobre los impulsores genéticos, el Grupo ETC, que trabaja en la evaluación y monitoreo de nuevas tecnologías escribe:

Los impulsores genéticos están diseñados no sólo para distribuirse rápidamente en un ecosistema, sino también con una eficiencia exponencialmente mayor. No hay nada en el mundo natural que se compare con ellos, lo cual limita nuestra capacidad para predecir su comportamiento. La eficiencia con la cual un organismo equipado con un impulsor genético puede diseminarse también pone en serias dudas la supuesta bioseguridad de los experimentos en confinamiento, ya que con un solo escape ya se estaría en una situación fuera de control.

La aplicación de estas tecnologías puede producir ruptura de los tejidos ecológicos existentes, pues como añade el Grupo ETC, esta tecnología está diseñada para “crear cambios poblacionales a gran escala y para impactar intencionalmente ecosistemas enteros”.

Sabemos muy poco sobre cómo es el tejido de la vida. ¿Estamos realmente listos para dar pasos tan radicales que alteran el curso de la evolución? Es imposible predecir las consecuencias ecológicas de un trastorno que no tiene precedentes, con tal rapidez y masividad. Eliminar una plaga puede parecer atractivo, pero incluso las plagas tienen un lugar en la cadena alimenticia. Adicionalmente, erradicar una especie puede abrir espacio de formas impredecibles, para la expansión de otras especies que podrían transmitir enfermedades, afectar la polinización o amenazar la biodiversidad de otras formas.

Por otro lado, un grupo de expertos de seis agencias de la Unión Europea concluye que si bien las aplicaciones de los impulsores genético podrían tener algún potencial para abordar problemas ambientales (como los problemas de conservación que significan las especies invasoras en una isla), también conllevan el potencial de causar daños ambientales significativos e irreversibles (Environment Agency Austria et al, 2020).

A los expertos les preocupa que, dado que estos organismos tienen el potencial de eliminar poblaciones en grandes áreas o incluso afectar especies y ecosistemas enteros, sus implicaciones ecológicas y riesgos ambientales podrían ser considerables. Aunque estos organismos afectarán los ecosistemas a largo plazo, existen una gran cantidad de lagunas e incertidumbres en el conocimiento sobre los mismos. El potencial de estos nuevos organismos para modificar o erradicar genéticamente poblaciones silvestres, en lugares de importancia para la conservación como son las islas Galápagos, no tiene precedentes hasta el momento, y desafían conceptualmente los objetivos de conservación de la naturaleza.

Se deben tomar en consideración además cuestiones éticas relativas a la conservación de la naturaleza, mucho más aún en un país donde la naturaleza y todos sus componentes (como las especies que ocupan un ecosistema), son sujeto de derechos.

Otro punto de preocupación es que los impulsores genéticos sintéticos se basan en un sistema de edición genómica (CRISPR-Cas9) que suele cometer errores provocando mutaciones en sitios distintos del objetivo. Dado que en los impulsores genéticos este sistema de edición se está continuamente propagando, es probable que aumente la frecuencia con que aparecen mutaciones en la población objetivo con consecuencias imprevisibles.

Otro tema es su efectividad. Si se llegaran a erradicar completamente los roedores en Floreana ¿quién asegura que éstos no vuelvan a colonizar la isla a partir de individuos procedentes de las otras islas? El tránsito constante de embarcaciones turísticas que recorren varias islas podría ser el vector a través el cual los roedores podrían volver a Floreana. En ese caso, ¿se debe volver a introducir ratas genéticamente modificadas para que en 20 generaciones sea erradicadas, y así hasta el infinito?

Ecuador país que reconoce a la naturaleza como sujeto de derechos y prohíbe los transgénicos

El análisis de la eliminación de poblaciones de especies invasivas en las islas Galápagos debe ser vista a la luz de la Constitución del Ecuador, donde hay dos elementos a ser tomados en consideración.

La Constitución prohíbe el ingreso al territorio ecuatoriano, incluyendo por supuesto las Galápagos, el desarrollo, producción, tenencia, comercialización, importación, transporte, almacenamiento y uso de organismos genéticamente modificados perjudiciales para la salud humana o que atenten contra la soberanía alimentaria o los ecosistemas (Art. 15); la aplicación de biotecnologías riesgosas o experimentales (Art. 401). Además declara al país libre de cultivos y semillas transgénicas.

Los textos constitucionales señalados, despiertan una serie de interrogantes sobre la pertinencia de aplicar la tecnología de impulsores genéticos en la erradicación de especies invasiva en las islas.

¿Aplican las prohibiciones constitucionales a las tecnologías de inducción génica? Esta pregunta surge porque de acuerdo a ciertos analistas, esta tecnología no es transgénesis porque no incluye la inserción de material genético procedente de otras especies; pero ciertamente la inducción génica si irrumpe en el genoma del organismo manipulado, a través de técnicas de ingeniería genética, y por lo tanto es un organismo genéticamente modificado.

Se argumenta que toda tecnología es válida para erradicar las especies invasoras… pero éstas no pueden irse en contra de la Constitución, especialmente en lo relacionado a la introducción de biotecnologías experimentales en estas zonas de tanta importancia para la conservación. Una tecnología que lejos de conseguir los objetivos deseados podrían generar más problemas en los ecosistemas isleños.

Dado lo nuevo de estas tecnologías, una liberación de roedores modificados genéticamente con inductores genéticos es inminentemente experimental.

El otro punto es que la Constitución reconoce a la naturaleza como sujeto de derechos, incluyendo el derecho a la existencia. Ahora bien, ¿constituyen estas especies parte de la naturaleza?, y por lo mismo ¿son sujeto de derechos? ¿es ético o legal aplicar tecnologías con el fin de erradicar una especie?

Otro riesgo es que en las Galápagos hay 4 especies de roedores endémicos, que con su interacción en el ecosistema contribuyen con la dispersión de semillas de la vegetación original. Y aunque no hay especies endémicas en Floreana, no se puede descartar que los roedores manipulados genéticamente migren a otras islas donde habitan las especies endémicas. ¿Existe el peligro de ocasionalmente ocurren transferencias genéticas horizontales, es decir que haya movimientos de genes entre especies diferentes, y que algunos genes se cruzan hacia especies relacionadas? Este es un fenómeno que ya se ha observado con los organismos transgénicos, por lo que esta posibilidad no se descarta.

Independientemente sobre cómo respondamos a estas preguntas, existe un alto riesgo de que la aplicación de estas tecnologías no sólo afecte a las poblaciones que se quiere eliminar, sino a todos los ecosistemas de Floreana, a especies de roedores endémicos, y en este caso, si se establecería la vulneración de los derechos de la naturaleza.

Otro problema tiene que ver con la soberanía que debe ejercer el Ecuador sobre su territorio. En una isla que forma parte del patrimonio territorial ecuatoriano se estaría introduciendo una tecnología, que puede ser incontenible, y que no puede ser manejada no controlada ni por el Estado ni por sus ciudadanos.

Referencias

Environment Agency Austria, et al (2020). Gene Drive Organisms and nature conservation.

Report REP-0705.

Grupo ETC (2016). Impulsos temerarios: Los impulsores genéticos y el fin de la naturaleza.

Hall Stephen (2017). Could genetic engineering save the Galapagos? Scientific American

Harvey S. et al (2019). Trialling genes drives to control invasive species: what, where and how? Island invasives: scaling up to meet the challenge pp. 618 – 627. Ocasional Paper SSC 62. UICN.

IPBES (2023). Thematic Assessment Reporto n Invasive Alien Species. Chapter 5. Management; challenges, opportunities and lessons learned.

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