Boletín 42. La extinción y el derecho a la existencia.

El caso de los anfibios de Santa Cecilia – Sucumbíos

Naturaleza con Derechos

Entre los derechos de la naturaleza se incluye el derecho que “se respete integralmente su existencia”. Así lo reconoce la Constitución del Ecuador en su artículo 71.

Uno de los aspectos más visibles de la vulneración al derecho a la existencia es la extinción de especies. En países como el Ecuador donde paradójicamente se describen nuevas especies de flora y fauna periódicamente, también hay una acelerada destrucción de los habitas naturales que albergan distintas formas de vida, llevando a muchas especies al borde de la extinción.

Muchas de las especies recientemente descritas son raras, endémicas, y a menudo ya estaban en peligro de extinción cuando se las describe. A este tipo de extinción se la llamada “extinción invisible”, pues ocurre antes antes de que se le dé un nombre científico y se registre su existencia.

De acuerdo al Ministerio del Ambiente, al menos unas “1.252 especies de vertebrados se encuentra dentro de alguna categoría de amenaza, de los cuales 217 especies son mamíferos, 238 especies son aves, 276 especies son reptiles y 521 especies son anfibios”. Estas cifras posiblemente no son concluyentes.

¿Cuáles son las principales causas de la extinción?

En el Norte de la Amazonía ecuatoriana la principal causa es la explotación petrolera.  Para mirar las causas de la extinción se va analizar el caso de los anfibios de Santa Cecilia en Sucumbíos.

Durante finales de la década del 60 e inicios del 70, la Universidad de Kansas llevó a cabo una serie de estudios biológicos en el sitio llamado Santa Cecilia, donde hubo una comunidad Kofán, por lo que era parte de lo que había sido parte del gran territorio Kofán. Santa Cecilia se encuentra a unos 60 kilómetros de la comunidad de Sinangoe.

En Santa Cecilia, científicos de la Universidad de Kansas llevaron a cabo el estudio más completo de herpetofauna[1] en un sitio neotropical,[2] y se determinó que en Santa Cecilia se registraba la mayor riqueza de anfibios para un bosque de ese tamaño en el mundo[3]

Entre 1971 y 1973, la científica Marta Crump estudió la diversidad de formas de reproducción de las 81 especies de anuros[4], identificados anteriormente por sus colegas, y encontró 10 tipos diferentes de diversidad reproductiva[5] de las especies estudiadas.

La extrema riqueza de la fauna de anuros en esta localidad, explica la autora, puede deberse a la inestabilidad paleoclimática[6], la que pudo haber causado la extensa formación de nuevas especies; es decir, de nuevos procesos evolutivos. De esa manera, la diversidad de especies y los ciclos reproductivos están intrínsecamente relacionados, ya que la diversidad de especies y de modos reproductivos coevolucionaron como una adaptación a los cambios ambientales. Los datos sugieren que la diversidad reproductiva en Santa Cecilia garantiza la coexistencia de muchas especies mediante el reparto de los sitios y modos de reproducción.

La zona fue luego intervenida por la actividad petrolera, los sitios de reproducción, alimentación, apareamiento de las especies se fueron deteriorando y eventualmente desaparecieron. La autora del estudio de los ciclos biológicos de los anuros, se refiere así:

Cuando los estudios comenzaron en Santa Cecilia, la zona estaba mayormente cubierto por bosques primarios lluvioso, que consta de pantanos y bosques de tierras altas. Sin embargo, en 1971 gran parte del área había sido despejada por colonos… ahora está parcialmente talada o bajo agricultura[7].

La autora no especifica que los campesinos llegaron con el extractivismo petrolero, estimulados por políticas públicas que favorecían la colonización para servir a la industria petrolera. Lo irónico es que ella, en su trabajo, agradece a las empresas Texaco y Gulf Petroleum por el apoyo logístico brindado para realiza sus estudios científicos. Ella añade que a medida que avanzaban las operaciones petroleras, había cada vez menos selva a ser estudiada.

Es así como en estudios posteriores realizados en esta zona, el número de anuros cayó dramáticamente, registrándose apenas “17 especies de sapos y ranas, 1 de salamandra, 1 de cecílido”[8]. En cuanto a reptiles en la estación Santa Cecilia se registró a inicios de los 70, un total de 6 especies de tortugas, 2 de cocodrilos, 27 de lagartos, 51 de culebras y 1 de anfisbenas dando y total de 87 especies[9]. Años después en la zona se registró “6 especies de culebras y 6 de lagartijas”.

Esta pérdida de biodiversidad de especies, y de ciclos reproductivos tienen su origen en una combinación del extractivismo petrolero y la colonización que fue promovida y que viene de la mano de la expansión petrolera.

Estos estudios biológicos realizados antes, y en los inicios de la era petrolera en el territorio Kofán permite establecer una línea de tiempo comparativo sobre cómo el extractivismo petrolero afectó la estructura de las comunidades de anfibios, sus ciclos biológicos y procesos evolutivos, ahora reconocidos como parte de los derechos de la naturaleza por la Constitución del Ecuador.

El declive de los anfibios

Los anfibios es un grupo de seres vivos especialmente vulnerables a la contaminación ambiental (producida por ejemplo por la minería o la explotación petrolera), y al cambio climático, porque respiran a través de la piel.

Es por eso que a nivel mundial, y también en el Ecuador, se ha evidenciado una caída dramática de las poblaciones anfibios. Ellos están más amenazados y están disminuyendo más rápidamente que las aves o los mamíferos a nivel global.

Un estudio realizado[10] por unos 500 científicos de 60 naciones evaluaron el estado de conservación de las 5.743 especies conocidas de anfibios a nivel global, con los siguientes resultados:

  • Por lo menos 1.838 especies de anfibios conocidos en el mundo están en peligro de extinción (el 32% del total).
  • El 43% de las poblaciones están en recesión y están disminuyendo
  • Desde 1980, al menos 160 especies se han extinguido. Otras 113 no han sido documentadas en estado silvestre en años recientes, por lo que podrían estar ya extintas.
  • Solo el 24% o menos de las poblaciones se encuentran estables y apenas el 1% está en crecimiento.
  • 300 especies, podrían estar muy amenazadas.

De acuerdo a los autores, el colapso de los anfibios es más frecuente entre las especies montañas neotropicales asociadas a los arroyos. 

Otro estudio investigó las posibles causas de este fenómeno global[11] basándose en las investigaciones científicas sobre la correlación entre la contaminación ambiental y la desaparición de anfibios. Desafortunadamente los autores encontraron que si bien hay muchos estudios de toxicología en las regiones temperadas del mundo, los estudios son muy escasos en países tropicales donde se registra la mayor cantidad de especies, y la mayoría de avances de actividades contaminantes como el extractivismo, lo que es un problema al momento de tomar decisiones sobre la preservación de este grupo, que en el caso del Ecuador están protegidos por la Constitución, al ser sujetos de derechos.

Un estudio hecho en Ecuador sobre el tema, encontró que el cambio climático, las enfermedades[12] y sus efectos sinérgicos probablemente están impactando a los anfibios. Las especies más amenazadas bajo las categorías de riesgo de extinción de la UICN son exactamente aquellas que parecen ser las más afectadas por estas amenazas [13]

La lista roja[14] de anfibios del Ecuador muestra que, tras evaluar a las 630 especies de anfibios reconocidas en el país, se identificó que 83 se encuentran en la categoría de estado crítico, 149 en peligro, 129 en la categoría vulnerable, 76 están casi amenazadas, 29 en la categoría de datos insuficientes, 168 en la categoría de preocupación menor y 1 especie en la categoría no evaluada. De las 630 especies, alrededor de 288 (casi el 46%) son endémicas para el Ecuador; es decir, que sólo viven en el territorio ecuatoriano.

Es hora de decidir si el Ecuador le apuesta a la protección de la naturaleza y su rica diversidad, o continuar con el extractivismo devastador.

Notas

[1] La herpetofauna es el estudio biológico de anfibios (sapos ranas y otros), y reptiles (tortugas, lagartos, cocodrilos, serpientes)

[2] El neotrópico es la región tropical de América.

[3] Duellman (1978). The Biology of an Equatorial Herpetofauna in Amazonian Ecuador. Misc. Publ. Mus. Nat. Hist. Univ. Kansas 65:1-352

[4] Los anuros son un grupo de anfibios, conocidos coloquialmente como ranas y sapos.

[5] Crump M.L. (1974). Reproductive Strategies in a Tropical Anuran Community. Miscellaneous Publication No. 61. Kansas: The University of Kansas. Museum of Natural History.

[6] La paleoclimatología estudia los climas del pasado, de otras eras geológicas.

[7] Crump, obra citada, página 5.

[8] https://www.goraymi.com/es-ec/pichincha/cayambe/parques-nacionales/parque-nacional-cayambe-coca-aqkvlx3su

[9] Duellman (1978), obra citada.

[10] Stuart S.N., et al (2004). Status and trends of amphibian declines and extinctions worldwide.

Science 306 (5702):1783-1786.

[11] Schiesari L., Grillitsch B., Grillitsch H. (2007). Biogeographic biases in research and their consequences for linking amphibian declines to pollution. Conservation Biology 21(2): 465-471

[12] Como la quitridiomicosis, una enfermedad producida por hongo, que afecta a los anfibios y que les puede causar su muerte. Estas enfermedades se desarrollan cuando las poblaciones silvestres enfrentan estrés, como falta de alimentos provocados por la desaparición de sus fuentes alimenticias.

[13]Menéndez-Guerrero P., Catherine H. Graham C.H., (2013). Evaluating multiple causes of amphibian declines of Ecuador using geographical quantitative analyses. Ecography 36 (7): 756-769

[14] La lista roja de la UICN es un inventario del estado de conservación de especies de animales y plantas a nivel mundial, o a nivel de países. Se usa las siguientes categorías: extinta, extinta en estado silvestre, en peligro crítico, en peligro, vulnerable, casi amenazada, preocupación menor, datos insuficientes y no evaluado.

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