Microorganismos genéticamente modificados del suelo: una nueva frontera del agronegocio

Fuente: Genetically engineered soil microbes: risks and concerns.

Friends of the Earth (2023)

Las empresas de biotecnología, incluidas las corporaciones agroquímicas más grandes (Bayer-Monsanto, Syngenta y BASF), están desarrollando microorganismos (bacterias, virus y hongos) genéticamente modificados para su uso en la agricultura. El primero de estos productos ya se está utilizando en millones de acres de tierras agrícolas de Estados Unidos. La liberación de microorganismos transgénicos vivos en la agricultura representa un experimento genético al aire libre sin precedentes.

Todos estos microorganismos genéticamente modificados, y los diversos procedimientos para obtenerlos, están sujetos a derechos de propiedad intelectual controlados por tres o cuatro grandes empresas del agronegocio , lo que les permitiría tener control sobre estos microorganismos con implicaciones impredecibles a largo plazo.

Un informe de Amigos de la Tierra Internacional  detalla una variedad de riesgos ecológicos, socioeconómicos y para la salud humana, desde el raro pero potencialmente desastroso riesgo de crear una especie invasora o un nuevo patógeno humano hasta la posibilidad de que las corporaciones agroquímicas utilicen patentes sobre microbios transgénicos para afianzar aún más su propiedad sobre la vida y la vida y el sistema alimentario.

Riesgos ambientales

La liberación de microbios genéticamente modificados al medio ambiente plantea nuevas y serias preocupaciones sobre la contención de las secuencias genéticamente modificadas. Esto es por tres razones.

La escala de la liberación.- La gran cantidad de organismos liberados en una aplicación de microbios genéticamente modificados es mucho mayor que ocurre con los cultivos genéticamente modificados.

Un campo de maíz contiene alrededor de 35.000 plantas por acre, en tanto que una aplicación promedio de un producto biológico basado en bacterias utilizará de 1 a 5 kilogramos de material que contiene mil millones de células microbianas por gramo. Esto equivale a la liberación de hasta 5 x 108 de microorganismos genéticamente modificados en cada acre de tierra de cultivo, más de cien millones de veces la cantidad OGM  existentes normalmente en los cultivos. 

La contención es imposible.- La contención completa de los microbios en el suelo en el área de aplicación es imposible. Las esporas de hongos, las células bacterianas y los virus pueden desplazarse largas distancias gracias a las corrientes de aire, cruzando fronteras nacionales en un solo año.

Los microbios también se mueven en aguas subterráneas y son transportados por el movimiento de animales e insectos. A diferencia de las plantas, los microbios no están limitados en el tiempo o el espacio por la reproducción sexual.

La propagación de microbios individuales no puede ser detectada directamente ni siquiera por el agricultor o científico más vigilante, lo que requiere métodos tecnológicos para detectar y confirmar su identidad.

Transferencia genética horizontal.- Los microbios son capaces de realizar transferencias genéticas horizontales, un mecanismos mediante el cual, el material genético de un organismo (ADN) puede incorporarse al genoma de otro organismo, a veces sin ninguna relación.

Como resultado, las modificaciones genéticas liberadas dentro de los microbios modificados genéticamente pueden cruzan los límites de las especies de manera impredecible. La cuestión de la transferencia horizontal es más apremiante para las bacterias, que son el grupo de microrganismos con el que se ha trabajado más en ingeniería genética para usos agrícolas en el suelo. En las bacterias, la transferencia horizontal ocurre con mucha frecuencia, y explica algunos fenómenos como la resistencia a los antibióticos. Segmentos de ADN resistentes se insertan en el material genético de otras bacterias, por transferencia horizontal de genes.

En el suelo, las modificaciones genéticas hechas a los microbios modificados genéticamente liberados, pueden cruzar las fronteras de las especies de manera impredecible.

El desarrollo de resistencia.-  Al igual que ocurre con los pesticidas químicos, lo mismo puede ocurrir con los microorganismos transgénicos usados en agricultura.

La resistencia a las plagas es una preocupación fundamental en la agricultura convencional. Desde la llegada del uso generalizado de pesticidas químicos, cientos de especies de insectos y malezas han desarrollado resistencia.

La vida útil de los agrotóxicos es cada vez más corta debido al desarrollo de resistencia de los organismos que se desea controlar.

Los cultivos genéticamente modificados han desempeñado un papel enorme en el afianzamiento de la resistencia a pesticidas. Actualmente, el 98,2% de toda la superficie cultivada con transgénicos en Estados Unidos son cultivos tolerantes a herbicidas (especialmente a glifosato), principalmente de maíz y soja. El sobreuso de este herbicida ha dado lugar al surgimiento de las llamadas ‘supermalezas’ resistentes, primero al glifosato, y luego a otros herbicidas que se han introducido al paquete tecnológico, justamente por el desarrollo de resistencia.

Si se introducen OGM microbianos en los sistemas agrícolas de monocultivos a gran escala para suprimir insectos u otros microbios fitopatógenos, pueden surgir también genes de resistencia a estos OGM.

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